Como otros tantos retos de la humanidad, la navegación sirvió para medir el coraje y la capacidad creativa de los hombres. Encontraron sus referentes en el oceáno que les rodeaba y en el cielo que contemplaban. Gracias a su imaginación, los marinos se sirvieron del viento y de las mareas, del Sol, de la Luna y de las estrellas para trazar sus rutas y llegar a sus destinos. Sus ideas, aventuras y tragedias forjaron los principios de la navegación marina.